¿El cuento de las Fixies?

   Hace muchos años conocí a unos pibes que andaban en la movida de las fixies; no voy a mentir, su entusiasmo y su entendimiento me maravillaron. Como podrán imaginar, poco tardé en empezar a armar la mía, teniendo conocimiento en mecánica de bicicletas.


   En poco tiempo fui juntando las piezas; ciertamente no son tantas, creo que sólo las playeras (o Beach Cruiser) se comparan en su simpleza y escasos componentes, sin velocidades, un sólo freno... Entonces comenzaron los problemas, no ya por el armado, sino por las sugerencias que me llegaban de todos lados, casi como máximas que cada uno de estos muchachos tenía y que eran sus verdades absolutas. En fin, luego de agradecerles por su ayuda (me tenían los huevos llenos; que sin freno, que con; que cubiertas de 18 mm o "NOOO...! mínimo de 28", que forma bull o mejor recta -si no es de ruta entonces no es fixie-; la relación, ufff... mil teorías; "mejor freno contrapedal" -entonces tampoco es fixie- aunque esto último en rigor es cierto, y mil contradicciones más. Yo sólo quería armar una bici linda, liviana y sencilla) me puse a ensamblar la bicicleta que yo quería y tuve, al fin, mi fija.
   Un cuadro viejito de ruta (hereje...! tiene que ser de pista!) empipado y totalmente despintado, con unas buenas manos de laca, livianito y talle 53, perfecto para mi metro setenta y seis de altura. Unas palancas Aero (marca desconocida por acá, pero los entendidos me dijeron que eran más que aceptables, de fabricación alemana, si mal no recuerdo) con plato de 44 dientes, una maza francesa flip flop y un piñon de 16, no muy pesada y con cubiertas más bien anchas para ese estilo: 32 x 622 (entiéndase 32 mm de ancho en un rodado 28) y pedales plataforma de acrílico, sin straps y con un freno delantero.
   La verdad es que la bici andaba bárbaro y para moverme por la ciudad era perfecta. Por otro lado, había gastado bastante poco en total. Y esto es lo que más me llamó la atención en lo sucesivo: la movida se puso medio de moda y, en un par de años, ya todos los que andaban en bici sabían (más o menos) qué era una fixie. Pero lo que me sorprendió fue ver los montos que muchas bicicleterías de CABA pedían por estas bicicletas tan sencillas, simplemente porque estaban de moda. Muchas estaban armadas como la mía con viejos cuadros empipados de los años ochenta mandados a pintar. Las hacían bien coloridas y muchas veces les mandaban un freno contrapedal y las vendían como fijas... ¡a precios exorbitantes!
   Entiendo que ahora la moda ya pasó un poco pero todavía se ven en las calles, por si acaso estás pensando en comprar una, tené en cuenta estos datos como para que no te estafen:

1. Si es fixie tiene maza con piñón fijo de un lado y libre del otro (flip flop), nunca maza contrapedal.
2. El valor no debería ser superior al de una playera, puesto que la simplicidad de ambas es similar (a menos que sea de altísima gama).
3. Asegurate de que tenga freno delantero (al menos), todo bien con los skids pero ante una situación brusca te la vas a poner, además de que tus rodillas te lo van a agradecer con los años.
4. El flip flop debe llevar su debida contratuerca (que enrosca en sentido inverso) y ninguna cosa rara como pegamento, soldadura ni nada que ponga en riesgo tu humanidad al momento de controlar la velocidad con los pedales.

   Por último agregaría que las cubiertas no sean demasiado finas, digamos de 18 ó 20 mm, pero eso depende de en dónde la uses... yo recomendaría 25 mm de ancho en adelante. Demás está decir que son rodado 28 y que no admiten platos con chavetas por la fuerza que se realiza en ambas direcciones al pedalear y frenar, porque sí, todas estas barbaridades (y algunas más) vi a la venta con "el cuento de las fixies".
 

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